POEMANÍA
la manía del poema…
Hoja literaria de aparición virtual
Nº 234/2011
“Un poema debe tener el sonido correcto…
no me refiero al sonido como decoración
o elaboración, como ‘magia verbal’, sino
al sonido relacionado con lo que podría
denominarse la musculatura de la propia voz,
la verdadera cadencia con la que se avanza.”
Seamos Heany
Poeta invitada: MARIANA BERNÁRDEZ (*)
Desazonado el corazón
busca transparencia
Tanto tropiezo
deja su huella
templa intensidad
en arcos de piedra
Sendero de brisa
Beso último de la vida
cuando la Nada queda en el cuerpo.
Si el cuerpo pudiera sanar su fondo de arrecife
su revoloteo en mareo
el golpe de insomnio sólo sería cifra
para adivinar el rayo ajeno
de pan en la mesa
Si fuera ofrenda capaz de limpiar el olvido
musgo germinando sombra de orilla
dejaría de encontrar plumaje
entre los jazmines
y se iría andando por la vida.
Huir es adentrarse
cuando el verde inunda los ojos
y los tuyos ahondan en tallo
que no logro vislumbrar
Sonámbula y aterida
con mis sentidos hacia tu cuerpo
lleno la aridez de palabras
y del fulgor queda el sonido
perforando mi memoria diaria
Qué decirte de haber roto el ovillo
o de perder el olfato
o de no haber adivinado la calle
donde estarías
¿Será quizá la cadencia del cuerpo
lo que lleve a bailar a otros ríos
quemarse en cristales
cuyo estupor poco significan
cuando el destino de tu rostro
ilumina las ruinas?
Que no me toque el aire
cuando el agua acuda en humo
y la noche arrulle el vientre
Que no me toque el fuego
en llanto del espejo oblicuo
cuando se agranden los pechos
Que el mundo sea hoja y filo
amparándonos hacia la luz.
El cuerpo lumbre del alba
Desde mí
dejarse vencer por el endolerse del cuerpo
sin saberse ya carne, hueso o polvo
ser herida por donde el día es más que altura
y respirar en el primer latido del mundo
más que músculo rasgado o seno desterrado
lo que consuela desde lo íntimo
es saberse no sola entre los vivos y los muertos.
Desde los ojos
tener por certeza lo incierto
dulce el sabor de la luz al derretirse hacia el centro
todavía más miel el bosque que te resguarda
desde su propia mirada
porque sorprenden los colores que le fluyen
aún de guardarse entre sábanas
ahí donde se comienza por animar la tregua:
café de tierra
verdes indecibles
o negros abriendo chispa
todos acortando la distancia entre la respiración
cuando poco hay que entender
o cuando la necesidad de fluir hasta en la gota
es un dilatarse de la pupila en universo
que cobija el entramar de los vivos
que se pierden y se hallan
en cuestión de brevedad
por ejemplo
cuando los dedos se enlazan
o cuando arrullan la mejilla
haciendo sentir la chispa primaria del fuego.
Milagro el reírse
y sentir el aire recorriendo las cavernas del cuerpo
Biendime que sólo es posible salvarse en los demás
Biendíceme en la cadencia del pensamiento
que no necesita hilarse en voz
Bienpronúnciame que demasiado tremar es todo
para quedarse aterido en la estrechez
y nunca es demasiado ni suficiente
cuando se trata de palpitar en la vida
y confieso
poco humilde mantenerse en ella
con anhelo devorador.
Es en el sopor entre el sueño y el despertar
cuando se tiende un hilo
abismo que pareciera no serlo
salvo en la cuchilla de la razón que separa y ordena
para sostener el alma de tanta quebradura incierta
Así se añoran los días sin angustia o el caer de la tarde
en abrevaderos de nubes
tras el humo
que ya no se canta
Demasiada luz en los ojos
estos ojos tuyos que podrían jurar que bailaron
alrededor del desierto
otras vidas
otros tiempos
tanto ser feliz y tanto serlo
para olvidar su resplandor en la piel.
A veces el cuerpo recuerda
en un reconocerse hacia lo hondo
cuando se despoja de un pesar
que se acumula insignificante
y quisiera con su soplo recorrer
las almenas de otros ojos
los tuyos quizá de un almendro aún granate
resina de un árbol apenas intuido
¿a dónde van las raíces cuando huyen de la luz?
¿dónde se lava la culpa cuando se sabe
que no hay palabras que la limpien?
¿acaso no son las heridas las que van abriendo
la unidad del latido
y nos hacen cada vez más
fragmento astilla polvo carne hueso y músculo?
¿transparentes demasiado transparentes?
¿quién es lo suficientemente puro para borrar todo trazo?
Y es de noche
irrumpe el ruido infernal de una alarma
En el piso los zapatos dispersos
miro ese par que siempre quiero poner
como si al hacerlo
pudiera andar la vida de forma diferente.
Qué buscamos
cuando se anda en vuelo de verdad
porque la razón ha mucho llora aterida en nube
Tal vez se encuentren imágenes persistentes
llaves que no abren cerrojos
y que en su generosidad entreguen
la negación de respuesta
la certeza del asombro inmenso de respirar
Simple acto
la ventana
que espera un cuerpo
que mire tras de sí
la ciudad extendiéndose.
Despertar: Alegría
Baile cuyos movimientos festejan cada milímetro de piel
y en la cama la sábana aguarda el suave desprendimiento
cerradura de entonces y para siempre
porque nada es suficiente para colmarse de vida...
Del espasmo del abdomen
poco a poco recorrer el cuerpo
este músculo es mío
esta costilla
el gluteo y la redondez del vientre
Cuerpo ven
déjame anidarte otra vez
aún hay tanto beso esperándonos
déjame poblarte
que hay aliento en muchas montañas más.
Extraños los círculos donde aparecen las manos
los dedos se enlazan
pues es en el tacto donde por vez primera
se reconocen quienes antes ya se sabían
Breve movimiento donde se actualiza la posibilidad
cuando los ojos se asombran ante la apertura de la tierra
o se recogen
en el aún más breve
pero intenso
roce de la piel.
En el tacto pulsa
el ser de uno y del otro
y no querer escribir
por no decir lo tanto que se vive:
el paso del día
lentitud que no engaña
la presencia del derredor.
Tocas mi cuerpo para regresarlo a lo nuestro
despierta la piel de su somnolencia
atemorizada de sentir dolor
se retrae en el roce de tus dedos
que suaves delinean
los contornos del goce que habita
Reclaman
hasta desbocarnos en ánimos oscuros
Se desganan
en el espasmo de las entrañas
en el llanto que arrecia cual monzón
Cuerpo, cuerpo mío, necesito de ti para estar.
(*) Mariana Bernárdez: nació en México, D.F. (México) en 1964. Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad Anáhuac obteniendo el título de licenciatura con la tesis: La comunicación intersubjetiva en Ortega y Gasset, posteriormente realizó la maestría en Letras Modernas en la Universidad Iberoamericana logrando el grado con la tesis: La teoría poética en "Cancionero y Romancero de Ausencias" de Miguel Hernández; y el doctorado con el trabajo de investigación: María Zambrano: acercamiento a una teoría poética de la aurora. Actualmente realiza estudios de postgrado por la misma universidad en filosofía. Algunos de los suplementos y revistas con los que ha colaborado son: El Semanario de Novedades, Macrópolis, Siempre, Blanco Móvil, Literal, Hojas de sal, La Jornada Semanal, Periódico de Poesía, Pasto Verde, Casa del Tiempo, entre otros. Su obra poética publicada: “Tiempo detenido” (edición de autor, 1987); “Desvelos quiméricos” (incluido en el libro colectivo Labrar en la tinta de Latina Imprenta Editorial, UAM y UNAM, 1988); “Rictus” (Colección Cuadernos del Nigromante del CNCA-INBA, UAM y Juan Pablos Editor, 1990); “Nostalgia de vuelo” (en la Colección Correo Menor de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa, 1991); “Luz derramada” (La Máquina Eléctrica Editorial, 1993); “Réquiem de una noche” (plaqueta, Colección La Hoja Murmurante, Editorial La Tinta de Alcatraz, 1993); “El agua del exilio” (Colección El Ala del Tigre, UNAM 1994); “Incunable” (Colección Molinos de Viento, Dirección de Difusión Cultural de la UAM, 1996); “Liturgia de águilas” (Colección José Yurrieta Valdés, Universidad Autónoma del Estado de México y Editorial La Tinta del Alcatraz, 2000); “Sombras del fuego” (Colección Punto Fino, coedición del IPN, Fundación Alejo Peralta y SEESIME, 2000); y “Alba de danza” (Colección la Otra Orilla, coedición de Enkidu Editores y Ediciones del lirio, 2000). Libros de ensayo publicados: María Zambrano: acercamiento a una poética de la aurora, México: Colección Alter Texto: Teoría y Crítica del Departamento de Letras de la Universidad Iberoamericana, 2004. La espesura del silencio, ganador de la convocatoria abierta en género de ensayo del Instituto Mexiquense de Cultura 2004, colección Cruce de Milenios, crónica de nuestros días. México, 2005. Bailando en el pretil, México: Departamento de Letras de la Universidad Iberoamericana, 2007.
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