viernes, 26 de febrero de 2010

Poemanía Nº 199 - Claudio Portiglia

POEMANÍA



la manía del poema…

Hoja literaria de aparición virtual

Nº 199/2009



“La poesía escrita exige una lectura pausada

y el retorno sobre lo leído: esta forma de lectura

muy diferente a la lectura en paralelo de la computadora

o la lectura rápida de otros textos, permite una forma

de reflexión diferente sobre el propio lenguaje, como

transmisor del pensamiento…”



Rocío Silva Santisteban






Poeta invitado: CLAUDIO PORTIGLIA (*)







Del libro Cuotas partes (Tendencias XXI, 2009)



PÁGINA 16


Tiro de la luz y se deshila un árbol

se deshace el tejido de la calle

se extiende un filamento de mampostería

y el entramado del tapiz del mundo

vuelve a ser una idea







PÁGINA 26



Evitabas que leyera los días amarillos

porque los días amarillos -decías-

son días para no leer

son días para hacer el amor o hacer de cuentas que se hace el amor

son días en los que cada gota pesa por la totalidad de los días

días enfermos que pasan como prestamistas

presuntuosos desconfiados cínicos

días en los que nada que se haga puede valer la pena

y hacer el amor cuando vale la pena

es anular el día por más amarillo por más desleído

por más incierto que amanezca







PÁGINA 31


Una forma de escritura emerge de la mesa

se escurre entre los dedos y gana el aire con el humo de los cigarrillos

se mezcla con las voces recortadas de ocasionales parroquianos

dirime el espacio con las moscas

anima un texto inmaterial

vuelve a ser lo que era pensamiento

hasta que cae pesadamente sobre el margen de una hoja de diario

confunde las dos realidades

se espeja en los colores de la ilustración

y trama la factura de un poema que no tendrá lectores

pero gozará del prestigio de las cosas

que no deben explicarse





PÁGINA 32



A cada quien su pizca su boleto

su tiempo compartido

su plan de ahorro con licitación incorporada

su turno cama adentro cama afuera

su cuota parte

su cónyuge su amante su secreto

su mitad de paraíso

su doble purgatorio

su infiernito cotidiano

su fractal y su espejo







PÁGINA 34



Es extraño verse de este lado

tan de este lado que se sospecha de los que transpusieron el límite

a ver si todavía se escindieron

a ver si todavía se aprovecharon de nuestra confianza para cortarse solos

a ver si todavía nos estafaron la ilusión

nos robaron

nos violentaron

nos despojaron

a ver si todavía resulta que somos nosotros los escindidos

los desgajados los sectarios

a ver si todavía resulta que somos los deudores

convencidos como estamos de nuestras acreencias

a ver si todavía resulta que somos responsables de nuestra frustración

artífices de esta anomia

sicarios de esta traspolación de virtudes

de esta ineptitud



Cómo pensar siquiera tamaña anomalía



Y sin embargo estamos de este lado

tan de este lado que se sospecha de nosotros

de los que nos quedamos aquí

inmóviles anacrónicos olvidados

pensando que los otros son que los otros fueron

pensando que no podía ser que no pudiéramos

que no supiéramos

pensando que no supimos

pero cómo que no supimos

pero cómo puede ser que no supimos









PÁGINA 36



Si marco un punto sobre la mesa

cabe en ese punto el contenido de toda la mesa

porque todo le será referido



Si erijo un hombre sobre el mundo

el contenido de todo el mundo

cabe en ese único hombre



Ahora que he inventado el mundo

sólo cambiaré puntos de vista









PÁGINA 52



Hay un calabozo entre tus piernas

una inmoral manera de apresarme

un atropello injusto que no intento siquiera resistir

Yo fui a buscar allí el sustento que creí necesario

pero volví vacío

solo de soledad rampante

amordazado

hecho un mísero apéndice del aire que pobló tu cintura

curvó tu vientre

y puso en mi mano una tijera

que separó tejidos de quejidos







PÁGINA 60



Mire usted por favor este dedo

allá en lo alto

en el extremo de la proyección que este dedo señala

allá donde usted mira

no hay nada

nada

Sin embargo usted mira

y ve

y ve porque este dedo se lo indica

allá donde no hay nada

donde este dedo que está aquí

al lado suyo

impertinente se lo apunta







PÁGINA 64



Iba usted detrás de las palabras

como van las moscas detrás del azúcar

-en realidad es usted mosca y azúcar-

y no creyó no supo

que a la palabra se la cría con la dedicación de un viñatero

se le habla para que resista la tentación de adocenarse

de adecentarse

de mimetizarse

se le habla para que sea ella la expresión de una patria diferente

no un eco

no una copia

no el escandaloso dictum de los lingüistas

se le habla para que sea ella una palabra sola

territorial sonora luminosa

una palabra que engendre la voluntad que la pronuncie

y se parta como una semilla después esparciéndose









PÁGINA 73



Aquí hay una mosca
allá hay otra mosca allá hay otra mosca allá hay otra mosca

muertas todas las moscas y esparcidas

sin orden ni propósito

muertas por la acción de una paleta de plástico

muertas por un exterminador individual

muertas las moscas por invadir el silencio

por alterar la calma

muertas de muerte súbita arrebatada violenta

muertas de muerte provocada por una sola voluntad

muertas por aplastamiento

muertas por el error de detenerse cuando debían volar

Muerte estéril la muerte de las moscas

moscas que siempre vuelven

muertes que siempre vuelven

Yo detesto a las moscas y las muertes que abusan del regreso











(Inéditos)







a Rosana Bellone





No fue el golpe no
a los golpes estamos acostumbrados

tampoco la sorpresa

¿de qué podría sorprenderse un habitante medio

de este curioso país?

ni siquiera el dolor

tan mentido en situaciones menos graves

que cuando llega de verdad parece diluído



fue esa inexplicable sensación de injusticia

que nos toca cuando un bueno se muere

lo demás es un rosario de estadísticas de formalismos

y de excusas

un rosario que atrasa como todos los rosarios

una anécdota casi



y a mí me parece que cuando se muere un bueno

habría que quedarse desnudo en los altares y las plazas

para decir por mi grandísima culpa

hasta que la memoria nos absuelva



Junín, septiembre de 2009








Del libro Archivo familiar (inédito)







2

La agotaron el tiempo y la fatiga

los rigores del asma que doblaron su espalda a convulsiones

y hasta la iniquidad del peronismo

tal vez no supo comprender la vida que abandonó temprano

del amor apenas conoció desechos

de la verdad el cepo que imponían el miedo y la censura

del valor la mirada quijotesca poblada de molinos

No pudo o no quiso ver hendijas por donde rebelarse

la libertad en ciernes fue un escollo que le acortó el aliento

y se cayó como una hoja seca que vuela hacia el olvido

en febrero a la tarde en la vereda sin un adiós de nadie











7

La vida en el espejo figuraba su pasión y su estigma

le gustaba saberse reflejada como la hembra que era

pero le dolían las miserias expuestas delante de sus ojos

Prefirió dar un portazo a tiempo

se filtró como una tinta espesa por las muescas de la edad

y grabó su peculiar litografía con tesón taurino

en los pliegos en blanco

de un archivo todavía incipiente











8

Otros días y en otras circunstancias hablé de su estatura de bambú

de sus ropas raídas

de su proverbial paciencia

nada de eso guardé para el archivo

pero sí esa manera de morirse tan suya y tan precaria

recogiendo la tanza imaginaria de una tarde de pesca

con el barro en los ojos

aquel barro al que tantas propiedades curativas le hallara

memorando su isla y su laguna

en un refugio de ateroesclerosis











9

Del hombrón guardo un santo y una seña

cristusanto decía y manoteaba la pluma y el tintero

garabateaba un nombre en italiano

y ponía esa cifra que licuaría la población de parásitos

sólo un poco más tarde

nunca le oí una queja

ni cuando se murió tan desprovisto

sin la ropa paisana que de día sujetaba la hernia

sin la gorra que llevaba su forma

sin la bolsita con el pan oreado de todas las mañanas











10

Con ella tuve mi primer contacto

sacrilegio diría la familia que se alborotaba

en torno de estampitas y novenas

fue para los dos un estremecimiento

ninguno había echado vello todavía

y a mí me dominó un escalofrío a falta de sustancia

ella abajo imploraba que me quedara adentro

tuve miedo y huí despavorido

las madres hablaban de sus hijos en la austera cocina

e intercambiaban notas de la escuela con mates y alabanzas

un rato más tarde llamaron a la pieza

la prima y yo fingimos que jugábamos

y nunca más tocamos el asunto











11

De él con certeza me quedó un apellido para el segundo renglón de la burocracia

la sostenida relación de descendencia

y un costado callado y oscuro por revelar

murió doce años antes de que yo naciera

y visitar su tumba era en la infancia un singular festejo

La caravana familiar partía con los ramos enormes de flores recién cortadas

y en las callejas desparejas del cementerio celebraba un ritual

de baldes de trapos y de escobas

que dejaban la piedra y el bronce relucientes

y espejado el cristal del amarillento retrato

Mi curiosidad necrofílica de niño se asomaba en tanto

por las parcelas de la vecindad

donde descubría los escasos despojos del siglo diecinueve

y se sentía más cerca de la historia que le contaban en la escuela

Las muertes cercanas todavía no me habían tocado

acababa la ancestral ceremonia con la señal de la cruz

y un beso ligero sobre la desleída foto

circunstancia que habilitaba mi carrera hacia la puerta

donde la abuela me compraba el primer helado de la temporada

aquél que anunciaba la inminente finalización de las clases

y que yo disfrutaba feliz

celebrando la póstuma presencia de ese abuelo lejano

tan lejano que tal vez ni las huellas de su sangre retengo.







(*) Claudio Portiglia: nació en Junín (Buenos Aires, Argentina) en 1957. Publicó, entre otros, “Álamos y yunques”, “Los ojos, los miedos”, “La espiga se declara soberana”, “El gran errador”, “Libreta de Almacenero”, “Cabría preguntarme” y “Cuotas partes”. Obtuvo un subsidio de la Fundación Antorchas, el segundo premio de la Fundación Fortabat, la distinción al mejor libro del año 2000 entregado por la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires (SEP) y la Primera Mención en el Certamen Internacional Odon Betanzos, en Nueva York, entre otros reconocimientos. Co-editó Horizonte de Cultura (1989-1995) y Junín es Plural (1997-1998). Fundó Movimiento Poesía en 2001 y coordina desde entonces el Encuentro de Poetas de Junín.

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